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No quiero gestionar, solo gastar dinero Chapter 43

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Capítulo 43

Al mismo tiempo.

Oficina del presidente del Grupo Hyunkang, Park Yong-hak.

Park Yong-hak estaba hablando por teléfono con el director del Museo Csartorisky de Polonia.

Normalmente usaría un intérprete.

Sin embargo, a Park Yong-hak no le gustaba la idea de comunicarse a través de un tercero.

Así que la llamada se desarrolló en inglés.

— Necesitamos una muestra de la grieta de la obra de Da Vinci.

(No somos los únicos que tenemos una pintura de Da Vinci, así que, ¿por qué me contactaste?)

— Parece que las obras se hicieron al mismo tiempo.

(Hmm, eso significa que solo nosotros podemos ayudarte).

Park Yong-hak no respondió.

Fue porque leyó el orgullo en la voz de la otra persona.

Algo así como: ‘¿Una famosa compañía? Veamos que tiene que ofrecer.’

Podía sentir un matiz de descaro.

Pero, ¿por qué?

Park Yong-hak levantó las comisuras de su boca como si esta situación le divirtiera.

— ¿Me estás pidiendo que haga un trato?

(Bueno, estás pidiendo nuestra propiedad. Tengo que informar a mis superiores, ¿no debería haber alguna justificación?)

— Justificación.

Un director de museo ofreciendo un trato a un hombre de negocios.

Quizás porque esta situación le parecía divertida, la sonrisa de Park Yong-hak se hizo aún más grande.

— Claro, ustedes también tienen que conseguir algo. Hmm, déjame ver. ¿Qué puedo darles? La universidad más famosa de Polonia…

(Es la Universidad Jagellónica.)

— Sí, Jagellónica.

(Es una universidad histórica fundada en 1364. Fue el alma Mater de Copérnico.)

— No podría ser mejor.

(Si quiere donar una beca en nombre de Hyunkang…)

— Espero recibir el título de doctor honoris causa de esa universidad.

Un silencio momentáneo fluyó a través del teléfono.

El receptor problamemente estaba repitiendo sus palabras una y otra vez, preguntándose si había escuchado correctamente.

Park Yong-hak continuó hablando sin perder su sonrisa.

— Dije que espero recibir un doctorado honorario en administración de empresas. ¿Qué piensas?

(¿Qué quieres decir con eso?)

— O podríamos hacerlo de otra manera.

(¿…?)

— Le daré a Polonia la oportunidad de invertir en Hyunkang.

(No es que si fueran a establecer una planta de producción en Polonia…)

— No, es todo lo contrario, les doy a ustedes la oportunidad de trabajar con nosotros.

Otro silencio se apoderó de la conversación.

El director del museo posiblemente estaba buscando alguna explicación lógica detrás de tanta confianza por parte de Hyungkang.

Sin embargo, Park Yong-hak no esperó más.

— Si aceptas mi oferta, podremos ser buenos amigos durante mucho tiempo.

(…)

— Por el contrario, si quieren más que eso, tendremos que ser enemigos por el resto de nuestras vidas.

Una persona ávida de beneficios tiene que estar dispuesto a enfrentarse a cualquiera.

¿Correrá el riesgo?

¿O evitará los problemas?

Un juicio que determinaría todo.

— Estaré esperando tu llamada.

Park Yong-hak colgó el teléfono de esa manera.

¿Cómo se atrevía un empleado de escritorio a intentar negociar con el presidente de una empresa?

“Un sueño demasiado descabellado.”

Park Yong-hak estaba seguro.

Su teléfono estallaría en un par de horas.

Habría un alboroto al intentar contactar con la embajada polaca.

Ahora solo tenía que esperar a que pase el tiempo.

Pero…

¡Rin Ring, Rin Ring!

El teléfono sonó.

Cuando contestó, escuchó una voz familiar.

Era su secretario personal.

(Presidente, tengo algo que informarle sobre el Joven maestro.)

— ¿Jihoon?

Aunque tenía dos nietos, solo recibía informes del segundo.

(Sí, el segundo joven maestro salió de la casa hace poco.)

— Ha estado tranquilo durante bastante tiempo.

(¿Qué?)

— Ganó mucho dinero y se divirtió haciendo negocios. Lo soportó durante más de 15 días, así que fue muy paciente. Entonces, ¿a dónde va?

(A la Universidad Yonsei.)

No habia forma de que un niño como él fuera a la universidad sin motivo.

Probablemente estaba buscando formas de ganar dinero nuevamente.

(¿Quiere que lo observe y le informe?)

— No hace falta. Ha pasado un tiempo desde que salió, así que dejalo disfrutar cómodamente.

Park Yong-hak colgó el teléfono de esa manera.

Se había aburrido un poco porque su nieto estaba tranquilo estos días.

Parece que estaba empezando a moverse nuevamente.

Siik.

Se levantó de su asiento con una extraña sonrisa.

***

Tengo muchos recuerdos de Sinchon.

De mis días de universidad.

No había mucho que hacer en nuestra escuela.

Afortunadamente, Sinchon estaba otro lado de la calle, así que me mezclé con los estudiantes de Yonsei y bebí mucho con ellos.

Después de beber un rato, el dueño se acercó y preguntó 

‘¿Eres un estudiante de la Universidad Yonsei?’

‘No.’

Luego mencionaba el nombre de nuestra escuela. Siempre era mencionada en segundo lugar.

De todos modos.

Tal vez fue porque Yonsei era demasiado amigable.

Decidí continuar mis estudios de posgrado allí.

Gracias a eso, pasé 8 años de vida escolar en Sinchon.

Y essa relación continuó incluso después de debutar como escritor.

Al ser seleccionado por el estado como artista residente en Yeonhee Creative Village, viví allí durante dos años más, así que pasé mis 20 años en Sinchon.

¿Es por eso?

Mirar las calles de Sinchon del pasado me hacía sentir extraño.

Primero, el teatro.

Era Artreon en mi época, pero ahora era Shinyoung Theatre.

Por supuesto, el McDonald’s al que solía ir a comer cuando tenía ganas, tampoco estaba.

Lo mismo con el bullicioso restaurante de pollo a la parrilla al que solía ir con mi primer amor.

Y el restaurante de carne de cerdo hervida al que entré lleno de entusiasmo pero del que salí como perseguido porque era demasiado caro.

Tampoco el pequeño restaurante de fideos de anchoa de 2000 won al que solía ir cuando quería comer algo caliente.

¡Ah!

La librería Hongik seguía siendo la misma de aquel entonces.

Atravesé la puerta principal de la universidad Yonsei, lleno de recuerdos.

¿Es porque son vacaciones y hace frío?

La escuela parecía desierta.

“Veamos.”

El primer lugar al que me dirigí fue la Oficina de Asuntos Académicos.

Cuando estudiaba aquí, todos trabajaban en computadoras, pero…

“Hmm.”

Hoy en día, todos hacían las cosas manualmente.

¿Es porque el semestre está a punto de comenzar?

Todos parecían ocupados.

— Buenos días.

Cuando la saludé, una mujer asomó la cabeza por encima del tabique.

— ¿Qué necesitas?

— Tengo algo que preguntar. Quiero hacer un cartel y colgarlo…

— ¿Cartel?

La mujer me miró fijamente.

A lo mucho, puedo parecer un estudiante de sexto grado de primaria.

Es entendible.

— ¿Te refieres a esos carteles que dicen como prevenir incendios forestales…?

— No. Voy a hacer un concurso literario.

— ¿Un concurso? ¿Quién?

— Yo.

— Entonces, ¿quieres poner un cartel en nuestra escuela para anunciar un concurso literario?

— Sí. Si el cartel no tiene el sello de la Oficina de asuntos académicos, el guardia de seguridad lo quitará.

— ¿Dónde escuchaste eso?

— ¿Me equivoco?

— Al contrario, lo sabes con demasiada precisión. ¿Cómo sabes todo eso?

Aunque parezco un estudiante de primaria, en realidad asistí a la escuela de posgrado de la Universidad de Yonsei…

— Solo pregunté por todas partes.

¿Mi respuesta no fue suficiente?

El gerente frunció el ceño por un momento y luego se levantó de su asiento.

Inmediatamente me miró de arriba hacia abajo.

¿Es por la ropa bien planchada y los zapatos de aspecto lujoso?

Preguntó en un tono más amable.

— ¿Tienes un cartel para el concurso?

— No. Si obtengo permiso, planeo pedirle a editorial Yonsei que lo haga.

— ¿También conoces el departamento de publicaciones?

— Sí, así es.

— Pero…

— ¿…?

— ¿Has estado en la Universidad Nacional de Seúl recientemente?

Los rumores se esparcen muy rápido.

Bueno, considerando la frecuencia con la fui a la Universidad Nacional de Seúl, sería más extraño que no se hubiera corrido la voz.

De cualquier manera, no tengo nada que perder.

En lugar de causar algún daño, en realidad era conveniente poder omitir varias explicaciones.

Esta vez fue así también.

Cuando se reveló que yo era la tercera generación de Hyunkang, la gente empezó a moverse.

Pensé que la mujer llamaria a alguien con más poder.

— Una persona valiosa está aquí.

Sin embargo, no sabía que llamaría al director de asuntos académicos.

El director inclinó apresuradamente la cabeza hacia mí. 

— Habría sido bueno que el presidente hubiera venido en persona, pero tuvo que tomarse una baja por enfermedad durante unos días. ¿Puedo guiarlo?

— Guía… No es necesario. Todo lo que quiero es hacer un cartel y colocarlo.

— Escuché que está porganizando un concurso literario. Cómo era de esperar, Hyungkang ama el arte.

El director, que se preguntaba si había algo más que elogiar, rápidamente cambió de expresión y preguntó.

— Escuché que quiere solicitar el cartel a nuestro departamento de publicaciones, ¿es correcto?

— Sí, si es posible.

— ¿Qué quiere decir con si es posible? Por supuesto que sí. ¿Para cuándo lo necesita?

— Cuanto antes, mejor.

Tan pronto como terminé de hablar.

— Vamos. Lo preparé de inmediato.

El director tomó la delantera para guiarme.

Como la mayoría de las personas que caminan conmigo, parecía estar haciendo lo mejor posible para mantener mi paso.

Fue después de caminar unos cinco minutos. 

— Este es el lugar.

Editorial de la Universidad de Yonsei.

Solía venir aquí a menudo para hacer recados para los profesores.

Es lo mismo aquí en los años 80.

Cuando entró el director, el personal se puso de pie rápidamente y lo saludó.

El director respondió con una sonrisa de negocios y habló con voz sería.

— Tenemos un invitado muy especial en nuestra escuela. Quiere hacer un cartel. Algo que llame la atención. Que sea visible desde 50 metros de distancia. Eso es lo que quiere 

— Haremos lo mejor posible.

— ¿Lo mejor posible? Tiene que ser perfecto.

— Sí, sí.

El empleado me pidió información que quería incluir.

La respuesta fue simple.

— La categoría es literatura. El plazo es de un mes. Si envía su trabajo a la oficina de asuntos académicos… Oh, señor, ¿está bien?

— Por supuesto. Si la Oficina de Asuntos Académicos puede contribuir aunque sea un poco, será un gran orgullo para nosotros.

¿Cómo puede decir eso sin cambiar el color de su cara?

— El premio será de 10 millones de wones.

— ¿D-diez millones de wones…?

Era natural que el director se sorprendiera.

Recibí 15 millones de wones por ganar cuatro premios en el concurso literario de Año Nuevo.

¡Ahora estaba apostanto 10 millones de wones en un estudiante universitario!

Sé que es mucho, pero bueno.

“Solo se moverá si es en este nivel.”

Además, ese dinero del premio se puede recuperar rápidamente con la venta de libros futuros.

— ¿No es un error..?

— De ningún modo. Diez millones de wones, por favor ponga esa cantidad.

El borrador se hizo rápidamente. 

Ahora solo faltaba imprimirlos y pegar los carteles aquí y allá en el campus.

Pero entonces.

— Déjelo en nuestras manos.

Incliné la cabeza ante las palabras del director.

— Desde la impresión hasta la publicación, nosotros nos encargaremos de ello.

— Soy quien lo organiza, por supuesto que yo…

— Sería una pena que hiciera eso.

— ¿…?

— Ha ayudado a los estudiantes con una gran cantidad de dinero como premio, al menos deberíamos mostrar un poco de sinceridad, ¿no es así?

Ojos expectantes.

Parece que quiere aprovechar la oportunidad para pedir un favor.

Mientras más grande es la expectativa, mayor es la decepción.

— Confíe en nosotros.

Pero, ¿qué puedo hacer?

— Gracias.

Incliné la cabeza, fingiendo no poder ganar.

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