Read the latest manga Mi revolución no necesita una guillotina Capítulo 14 at MoChy Novels . Manga Mi revolución no necesita una guillotina is always updated at MoChy Novels . Dont forget to read the other manga updates. A list of manga collections MoChy Novels is in the Manga List menu.
—————————————————————
ESTAMOS BUSCANDO CORRECTORES Y UPLOADERS
SI TE INTERESA AYUDAR ÚNETE AL DISCORD Y ABRE TICKET
Recuerda que puedes leernos en Patreon:
https://www.patreon.com/MoChyto
Y únete a nuestro servidor Discord
https://discord.gg/UE4YNcQcqP
—————————————————————
Capítulo 14: Período de Guerra Civil – La Santa Eris (1)
La Santa Eris.
Su verdadero nombre era Esilliste Liliane de Frangia.
Hija de una cortesana que se convirtió en concubina tras ganarse el favor del difunto rey con su belleza e inteligencia.
Se sabe muy poco de sus actividades durante su estancia en la capital.
Corrían rumores de que era de constitución débil y que tanto la concubina como el rey la protegían con gran cariño, pero cuando el rey murió repentinamente y comenzaron a surgir señales de guerra civil en la capital, desapareció junto con la concubina.
Su paradero permaneció desconocido hasta que, cuando comenzó la epidemia, apareció en el sur del reino arriesgando su vida para tratar a los enfermos.
Fue el único miembro de la realeza respetado por el pueblo, quien la llamaba Santa por su dedicación y su extraordinario poder divino, aunque ella nunca se proclamó santa ni alardeó de su linaje real.
Su identidad como miembro de la realeza no se reveló hasta mucho después, cuando la Nación Santa, tras el rechazo de su propuesta de convertir a la princesa en su santa oficial para mantenerla bajo su influencia, investigó y descubrió su verdadera identidad.
Una vez marcada como bruja por la Orden de la Luz y legitimada por su linaje real, el gobierno republicano la llevó al cadalso tras una campaña de agitación y falsedades.
Solo había oído que murió un día antes de mi ejecución, nunca llegué a conocerla en persona.
Así que vagamente esperaba encontrarme con una santa benevolente o una princesa elegante, pero…
“Y así, la historia del caballero se convirtió en leyenda.”
Eris terminó su relato con un suave tañido de arpa, se levantó e hizo una reverencia como una actriz de teatro.
Se escucharon aplausos.
…incluso Gaston, quien siempre había sido tan serio, aplaudía con lágrimas en los ojos.
Su timidez inicial al pedir compartir la comida había desaparecido por completo.
“¡Ah, hablar tanto me ha dado hambre!”
Apenas Eris lo exclamó con energía, Gaston y Frank se apresuraron a cortar y ofrecerle grandes trozos de carne de jabalí.
Frank era el guardia que acompañaba a Eris. Se había presentado simplemente como Frank y vestía como cualquier viajero de mediana edad, pero tanto yo como Gaston reconocimos al instante que era un caballero.
Aunque dudaba que Gaston mantuviera ese sentido de cautela en mente…
Eris miró con ojos redondos la carne de jabalí que le ofrecían los dos hombres, luego dejó el arpa y, tomando un trozo en cada mano, sonrió con felicidad.
“¡Gracias!”
…¿En qué momento mi caballero guardián se convirtió en sirviente de una princesa?
Sin importarle mi ceño fruncido, Eris sopló la carne que sostenía en ambas manos y comenzó a comer alternadamente.
Cuando apareció por primera vez, llevaba todo el cuerpo sospechosamente cubierto, pero ahora se había quitado el velo y los guantes, revelando su rostro y manos.
Su piel expuesta era completamente blanca.
Aunque todas las jóvenes nobles que viven recluidas son así, ella iba más allá de ese nivel, hasta el punto de parecer pálida bajo la luz de la luna.
…Por cierto, come bastante bien.
No, come preocupantemente bien.
Aparenta tener unos quince años, pero ya parece haber devorado casi la mitad del jabalí ella sola.
Entre bocados, como agradecimiento por la comida, cantaba, tocaba el arpa e incluso bailaba, y no podía negar que era bastante entretenido dado su considerable talento en todo lo que hacía.
La imagen que tenía en mente de una refinada santa o una princesa trágica se había hecho añicos hace rato.
Esto no es una santa por donde se mire, es más bien una trovadora glotona.
Mientras arrojaba distraídamente leña a la fogata, Eris me dirigió la palabra.
“¡Muchísimas gracias! ¡No recuerdo la última vez que pude comer carne tan deliciosa! Como el tío Frank es tan torpe cazando…”
“Ejem, ejem.”
Miré de reojo a Frank, que parecía avergonzado, y respondí con despreocupación:
“La caza es trabajo de cazadores, no de caballeros.”
“¡Ah, ja, ja, es verdad!”
“…¿Por qué nos estuviste evitando?”
“Pensé que eran mensajeros enviados para llevarme como sanadora personal de algún noble. Creí que si los evitaba unos días se marcharían, pero ¡vaya! ¡Resulta que yo fui la primera en caer rendida de hambre!”
Mi comentario sobre el trabajo de los caballeros lo tomó con una risa natural.
No intentaba ocultar que nos había estado evitando y hablaba con tanta alegría como si no fuera gran cosa, lo que hacía difícil presionarla más.
Así eran generalmente las conversaciones con Eris.
Era imposible distinguir si hablaba con genuina inocencia o si deliberadamente evadía los temas.
Lo más sorprendente era que no sentía particular necesidad de cuestionarle nada.
“Lamento haberles causado molestias sin querer.”
Eris dijo esto con una amplia sonrisa, y sin darme cuenta me quedé mirándola fijamente.
Su largo cabello blanco se teñía de rojo bajo la luz de la fogata y brillaba plateado bajo la luz de la luna mientras se movía.
Sus cejas eran igualmente blancas, y sus ojos de un púrpura que oscilaba entre el rojo y el azul según el ángulo, creando la ilusión de estar mirando no a una persona, sino a una criatura extraordinariamente misteriosa.
Su mera presencia cautivaba naturalmente a la gente, y ni siquiera se podía distinguir si ella era consciente de ello o no.
Aunque Eris tenía una edad en la que “adorable” era una descripción más adecuada que “hermosa”, esto era completamente diferente a la simple atracción por alguien bello.
Su apariencia extraordinariamente misteriosa, su desbordante vitalidad y su peculiar comportamiento…
Emanaba un aura tan abrumadora que uno inconscientemente asentiría tanto si la llamaran santa como bruja.
“Por cierto, ¿no es incómodo andar tan cubierta?”
“Es que soy sensible al sol desde que nací. Además, llamo demasiado la atención.”
Incluso para ese aspecto tan sospechoso, tenía una respuesta natural y sin vacilaciones.
Nosotros nos habíamos identificado como nobles, mientras que Eris solo se presentó como viajera.
Aun así, parecía tan natural que Gaston la tratara con respeto que casi parecía lo normal.
Aunque desde el principio, con solo su refinamiento natural y el aura que emanaba, dudaba que alguien pudiera tomarla por una plebeya y menospreciarla.
Estaba reflexionando.
Tenía preparados muchos argumentos para convencer a la princesa de venir al marquesado cuando la encontrara.
Pero viendo a la Eris que tenía frente a mí, ninguno parecía ser la respuesta correcta.
Tomé un ligero respiro y hablé.
“Señorita Eris.”
“Sí, dígame.”
“El que te hayas acercado primero, ¿puedo entenderlo como que has decidido escuchar lo que tengo que decir?”
Eris guardó silencio con una expresión extremadamente sutil.
Era la primera vez que parecía incómoda para hablar desde que se unió a nosotros, así que lancé una broma.
“Seguramente no te acercaste solo por el olor del jabalí asado.”
“…Pues sí, fue por eso.”
“…”
“No, era broma. Como pensé que de todos modos no se irían sin que escuchara lo que tenían que decir, estaba considerando que sería mejor encontrarnos primero. Y entonces, ese aroma tan apetitoso…”
¡Así que al final fue por el olor de la carne!
Me presioné la frente con los dedos y volví a dirigirme a Eris, que sonreía ambiguamente.
“Como dije, soy el vizconde de Lafayette, y he venido para invitarte como huésped del vizcondado.”
“¿Es porque puedo curar la peste?”
“No lo niego. Cualquier señor que descubra tu poder te codiciará.”
“Hmm… ¿y si me niego?”
Cuando Eris preguntó sonriendo, Frank y Gaston, que hasta hace un momento la miraban con satisfacción, se pusieron algo tensos.
“¿Por qué razón?”
“Hay muchos enfermos aquí ahora.”
“Hmm, ¿y hay alguna razón para priorizar a los enfermos de esta región? Parece que ya has curado a bastantes aquí. También hay enfermos en el vizcondado.”
“…Tengo entendido que el vizcondado está en una situación relativamente buena gracias a usted, señor vizconde. En cambio, cuando llegué aquí por primera vez, esta zona estaba prácticamente abandonada.”
Me sentí un poco avergonzado al escuchar la evaluación de mi gestión en boca de otro, pero sin demostrarlo, cambié de tema.
“¿Es puramente por ayudar a los necesitados? Si buscas un lugar con muchos enfermos que necesiten ayuda urgentemente, creo que el norte es más apremiante.”
“…Si voy al norte, ese sería el momento en que me capturarían personas con las que ni siquiera puedo comunicarme y me forzarían a ser una sanadora militar. Me obligarían a curar solo a un bando, ya sea el ejército del Primer o Segundo Príncipe, ayudándoles a matar a sus enemigos, lo quiera o no.”
Eris lo dijo en un tono completamente sereno, como si estuviera simplemente enumerando hechos.
Ya veo, así que por eso el sur. Me había confundido por su comportamiento, pero parece que no es tan ingenua después todo.
Probablemente los miembros de la realeza la habrían visto cuando era pequeña, así que la evitarían aún más.
“Y por la misma razón, no quiero aceptar la propuesta de la casa Lafayette, que apoya al Primer Príncipe… si es que tengo derecho a rechazar.”
“Señor vizconde…”
Por la forma en que Gaston me miraba de reojo, parecía pensar que estaba considerando llevarme a Eris por la fuerza.
Aunque esa opción existía, ella era una princesa. Además, era evidente que no era alguien que pudiera ser controlada de esa manera.
Después de reflexionar, hablé:
“Creo que habrá muchas casas nobles que te codiciarán, no solo Lafayette. Ya hay quienes te llaman santa, debes ser consciente de eso, ¿no?”
Eris asintió sin dudar.
“Ahora la peste está en su apogeo, pero algún día se calmará. Cuando eso suceda, los nobles te perseguirán. ¿Vivirás como fugitiva? Por lo que veo, ni siquiera tienes habilidad para alimentarte.”
“Ugh, normalmente puedo ganarme la vida cantando y tocando, ¿sabe? Pero ahora solo hay gente tan necesitada que me da pena pedirles algo, y además con usted siguiéndome…”
“Sí, si los nobles te persiguen, acabarás huyendo y pasando hambre como ahora.”
Finalmente, Eris cerró la boca por completo.
Viéndola así, por fin parecía una joven de su edad, lo que me hizo sentir algo más relajado.
“¿Qué tal si me convierto en tu patrocinador?”
“¿Patrocinador?”
“Sí. Por lo que veo tienes muchos talentos, y no es raro que un noble patrocine a un artista. Te permitiría quedarte en la mansión del vizconde como artista, y cuando salgas, te protegería como huésped de la casa. ¿Qué te parece? Creo que sería más fácil para ti realizar las actividades que deseas que estar huyendo de los nobles.”
“¿Y el servicio militar?”
“A menos que tú lo desees, te garantizo que no te impondré ninguna obligación militar. Oficialmente serás una artista bajo mi patrocinio. Por supuesto, mientras realizas actividades de sanación y caridad bajo la protección de la casa del vizconde, eventualmente se sabrá, pero definitivamente disminuirán las molestias de los nobles y aumentarán las cosas que podrás hacer.”
Eris lo pensó detenidamente, miró hacia Frank, y este le hizo una leve reverencia.
“¿Puedo hacerle una pregunta, señor vizconde?”
“Por supuesto.”
“Como usted dice, tengo el poder de curar a los enfermos, pero sé que eso solo no es suficiente. Si tengo la libertad de actuar bajo protección como sugiere, y además apoyo financiero para actividades caritativas, no podría pedir más.”
Eris hizo una pausa y añadió:
“Pero, ¿Qué es lo que usted desea? No parece que esté haciendo esto simplemente para tener una sanadora personal. ¿Qué beneficio obtiene usted de patrocinarme tanto?”
Sus ojos púrpura, tan transparentes que parecía que se podía ver a través de ellos, me daban la sensación de que vería a través de cualquier excusa que intentara dar.
¿Debería decirle directamente que sé que es una princesa? Pero revelar abruptamente un hecho que se ha mantenido oculto durante años solo la pondría en guardia.
Sobre todo, yo todavía no soy marqués. Cuando se revele que ella es una princesa, aún no podré protegerla completamente.
Después de reflexionar, decidí decir solo la verdad que podía contar ahora:
“Una ola de cambio está llegando al reino, pero solo los miembros de la realeza y la nobleza parecen no darse cuenta. Los plebeyos han llegado a su límite y no seguirán permitiendo que los exploten pasivamente. Y aunque soy un noble y señor feudal, tú eres alguien que puede ganar el apoyo y el amor del pueblo. Por eso, creo que protegerte y patrocinarte también me beneficiará.”
“Entonces, ¿busca ganar el favor del pueblo a través de mí?”
“Sí, por eso no tengo razón para restringir tu libertad. Si aceptas mi propuesta, te daré más poder para hacer más cosas que ahora. Si lo deseas, empezaré por ayudarte con las actividades de sanación en esta zona, como querías.”
“Es usted muy directo.”
“¿Debería haber fingido estar cautivado por la nobleza de la santa y ofrecerte hasta mi último aliento?”
“No, eso habría sido más sospechoso, ¿verdad?”
Eris respondió con una sonrisa divertida y se levantó.
Su cabello blanco ondeaba con el movimiento, brillando como plata bajo la luz de la luna, cautivando la vista, mientras levantaba los bordes de su túnica como si fuera un vestido e hizo una ligera reverencia.
“Acepto gustosamente tan generosa propuesta, señor vizconde de Lafayette.”
La joven de blanco puro se incorporó lentamente después de su saludo nobiliario, sonriendo con sus misteriosos ojos púrpura.
“Espero que podamos llevarnos bien, mi patrocinador.”
Comment