Me convertí en el personaje olvidado de una fantasía oscura capítulo 5

Capítulo 5

Mientras Ian fruncía el ceño, un joven y un caballero entraron en la habitación. La puerta se cerró de golpe, y un silencio incómodo envolvió el lugar por un momento.

—Ahem. No quiero poner excusas, pero creo que necesito explicar la situación —rompió el silencio el tabernero.

—Al principio pensé que el caballero solo buscaba un lugar donde quedarse, así que solo iba a guiarlos. Pero luego el escudero preguntó si había algún problema especial en la zona. Entonces mencioné que nuestro pueblo tiene un excelente Fixer.

—Ve al grano. Sé breve —interrumpió Ian.

—Querían hablar contigo. Me negué cortésmente, según las reglas, pero prometieron no causar problemas, así que los traje aquí —dijo el tabernero, tosiendo incómodo.

—Ya veo —asintió Ian.

Han venido a verme, pero no dicen por qué. Contrario a la preocupación del tabernero, Ian no le echó la culpa.

Los caballeros en este mundo podían convertirse legalmente en asesinos en cualquier momento. Un asesinato cometido por un caballero podía justificarse con razones plausibles. 

Por eso, a menudo eran arrogantes y despiadados. Las reglas estrictas y la caballerosidad solo se aplicaban ante quienes reconocían. Así que el tabernero intentando rechazarlos era, en cierto modo, una muestra de lealtad. Sin embargo, la curiosidad de Ian estaba puesta en la identidad del caballero.

Definitivamente había visto a este caballero en algún lugar del juego. Ian rebuscó en su memoria.

—Permítanme presentarlos formalmente —dijo el escudero, adelantándose y aclarando la garganta. Dio una leve reverencia con una rodilla. —Este es Sir Mev Riurel, seguidor de Lu Solar y apóstol de Tir En, ejecutor de la frontera sur y la espada de Agel Lan.

—Soy Philip, el escudero que acompaña al caballero. Un placer conocerte, Fixer —el escudero se enderezó y dio una ligera inclinación.

Ian no reaccionó a la presentación teatral. En cambio, fijó la mirada en Mev. ‘Maldita sea. Es él.’ Finalmente recordó dónde había visto a ese caballero.

Mev. El Vengador Sangrante. Este caballero fue el jefe medio más difícil en el primer capítulo de Aquilonia.

¿Quién hubiera pensado que ese caballero originalmente lucía así? No es de extrañar que no lo reconociera de inmediato.

El Mev que recordaba estaba lejos de esa apariencia noble y digna. La armadura estaba abollada y agrietada, manchada de sangre que se filtraba desde dentro. Era inevitable, ya que el caballero había enfrentado solo a toda la guardia real para asesinar al rey de Agel Lan, casi aniquilándolos antes de que Ian, que entonces solo era un personaje del juego, se enfrentara a Mev.

Mev era increíblemente fuerte, increíble para ser un jefe del primer capítulo. Aunque apenas podía mantenerse en pie sin la espada, cada ataque era letal y sus patrones variaban. Ian ganó porque el tiempo estaba de su lado; Mev ya estaba casi muerto.

La salud de Mev, ya por debajo de la mitad al principio, seguía cayendo, incluso sin ataques de Ian, y más rápido con cada espadazo que blandía Mev. Ian se concentró en esquivar, y finalmente Mev cayó, dejando solo un susurro débil. Pero ahora, Mev frente a él no estaba corrompido ni mortalmente herido, un marcado contraste con aquel recuerdo. Y encontrarse con este caballero tan pronto…

La situación está desarrollándose diferente al juego. Eso no es bueno.

Aun así, Ian no estaba nervioso, solo sorprendido. Ya no era el mago de bajo nivel que fue entonces, y Mev ni siquiera sabía que él era mago. Ian confiaba en que no perdería aunque pelearan. Por supuesto, el combate podía esperar hasta entender las intenciones de Mev.

Finalmente Ian miró a Philip.

—Soy Ian Hope. Como ves, mercenario.

—Sir Hope —Philip asintió, aparentemente impresionado.

La compostura de Ian, imperturbable incluso en esta situación, era evidente. Su alta fortaleza mental le permitía controlar sus expresiones y pensar con claridad incluso en momentos así.

—Entonces, ¿qué quieren de mí? —preguntó Ian directamente.

—Bueno… —Philip miró al tabernero y a la criada.

Captando su mirada, Ian asintió ligeramente.

—Estaremos arriba —el tabernero finalmente llevó a la criada arriba, mirando a Ian con algo de ansiedad.

—Gracias por su consideración —dijo Philip mientras se escuchaban pasos alejándose.

—Solo vayan al grano —dijo Ian.

—Vinimos a preguntarte algo —Philip dio un paso adelante y continuó—. Escuché que aniquilaste una fortaleza kobold tú solo. ¿Es cierto?

En lugar de responder, Ian señaló un costado de la pared de la taberna donde estaba exhibida la cabeza disecada del jefe kobold, su armadura y su hacha.

—Creer o no, eso depende de ti —respondió Ian.

—…Impresionante. Ni siquiera los soldados élite del reino se atreverían a atacar una fortaleza solos —Philip mostró admiración genuina.

Es un buen adulador natural, pensó Ian, haciendo clic con la lengua antes de hablar—. ¿Esa es la pregunta que querías hacer? ¿Si realmente destruí la fortaleza kobold?

—Por supuesto que no. Solo queríamos confirmar que hablábamos con la persona correcta. Vamos al asunto principal… —Philip bajó la voz al hablar—. ¿Notaste algo inusual en la fortaleza kobold?

—¿Inusual? —preguntó Ian.

—Algo que no se ve normalmente en kobolds. Señales de magia negra o algo similar que sea ominoso —respondió Philip.

Ian arqueó una ceja.

¿Mev buscando un mago negro? Otro giro inesperado. En el juego no había notado ninguna conexión así. ¿O será una sub misión que me perdí, o un cambio en la situación?

A pesar de las dudas de Ian, una cosa quedó clara. Él tenía la clave de la conversación.

—Bueno… —dijo Ian, luego continuó—. No veo razón para compartir esa información, incluso si la tuviera.

—Es un asunto que concierne a la seguridad del reino. Por favor coopera —por primera vez, la sonrisa de Philip flaqueó.

—No soy ciudadano de Agel Lan. Soy mercenario. Los mercenarios no aceptan encargos no pagados —respondió Ian.

—¿Estás sugiriendo un trueque que involucre la seguridad del reino? —Philip frunció el ceño.

—Propongo un intercambio con lo que tengo. Si es posible —respondió Ian con calma, girando hacia Mev—. Prefiero tratar directamente con un caballero a cargo. Un contrato con un escudero no garantiza nada.

—¡Cómo te atreves…! —Justo cuando Philip estaba a punto de reaccionar, Mev levantó un brazo para detenerlo.

—No está equivocado, Philip —la voz de Mev salió de detrás del casco.

¿Esa voz…? Ian volvió a arquear la ceja.

—Acepta mis disculpas por la grosería de mi escudero, mercenario —Mev dio un paso adelante y se quitó el casco, revelando cabello rojo que caía hasta los hombros y ojos verdes que se encontraron con la mirada de Ian.

—Tiendo a ser taciturna frente a extraños. Philip hablaba en mi nombre; no había otra intención —dijo Mev.

—…Entiendo —respondió Ian. Asintió lentamente; aunque su reacción fue contenida, estaba bastante sorprendido.

Ella era una mujer.

Ian no había imaginado a Mev como mujer hasta escuchar su voz. Además, era una belleza con una agudeza como una hoja finamente afilada, y hasta la cicatriz en su barbilla contribuía a su encanto.

Claro, había caballeras en el juego, pero no llevaban armaduras pesadas que ocultaran completamente la forma de sus cuerpos. Y Ian nunca había escuchado la voz de Mev; todo lo que recordaba era su respiración agitada, su último susurro y el después…

—Y ahora al punto principal —interrumpiendo los pensamientos de Ian, Mev, que había dejado el casco sobre la mesa, tomó asiento frente a él.

—Tu sugerencia de un intercambio implica que sabes algo, ¿correcto? —preguntó Mev con seriedad, mirando fijamente a Ian, quien asintió.

—Así es. No solo tengo la información, sino también evidencia —respondió Ian.

—¿Evidencia…? —preguntó Mev.

Ian no respondió. Mev, después de mirarlo fijamente un momento, asintió.

—Pagaré por la información —Mev se volvió hacia Philip, quien con cierta reluctancia sacó una bolsa de sus pertenencias. Mev la tomó y sin dudar colocó una moneda de oro imperial sobre la mesa, de valor máximo.

Monedas de oro imperial.

—Alguien estaba fomentando intencionalmente la fortaleza kobold. El jefe creció consumiendo la magia de esa persona —habló Ian pausadamente.

—¿Consumió magia? —la mirada de Mev se dirigió a la cabeza del jefe.

—Así es. Tenía una piedra de esencia contaminada con magia corrompida en su pecho —Ian metió la mano en su bolsillo y sacó una piedra de esencia de su dimensión espacial. 

Era una pequeña piedra que los tontos del pueblo habían saqueado, no la verdadera de alta calidad del pecho del jefe.

—Esto aquí. Es el terminal de un mago negro —dijo Ian.

—¡…! —Los ojos de Mev se abrieron, mirando fijamente la piedra de esencia, continuó—. Se siente ciertamente ominosa. Pero, ¿cómo puedes estar seguro de que es de un mago negro?

—Porque lo conocí y usó este terminal para convertir a un aldeano en su títere —respondió Ian.

—Sujetar tal objeto con las manos desnudas. Eres bastante audaz —los ojos de Mev se entrecerraron.

—No soy lo suficientemente débil para que me afecte —Ian se encogió de hombros casualmente.

—Entonces las palabras de Vernon eran ciertas. No podía creerlo. Pensar que una semilla de oscuridad crecía en el reino… —Mev, que lo había estado examinando, finalmente murmuró.

Ian notó un destello de inquietud en sus ojos esmeralda.

—¿Sabes más? Si lo conociste, debe haber dejado alguna pista —añadió Mev.

—Dijo que me encontraría y mataría. He arruinado sus planes e insultado —respondió Ian.

Ian sabía aproximadamente dónde estaba el escondite del mago, pero esa información era demasiado valiosa para venderla por una sola moneda de oro. De todos modos, no tenía intención de compartir el botín.

—Entiendo. Has sido de gran ayuda. Ahora que tenemos una pista, solo queda seguirla —dijo Mev.

—No tenemos mucho tiempo, mi señora —Philip, que estaba detrás, habló con cautela—. Para llegar al castillo en la fecha establecida, no podemos buscar más de una semana como máximo.

—Aun así, ahora que tenemos una pista, debemos dar lo mejor. Si no resulta, planeo pedir audiencia al rey al llegar. Ahora tenemos evidencia y un testigo —con voz firme, Mev volvió a mirar a Ian.

—Tengo otra petición para ti.

—¿Cuál es? —preguntó Ian.

—¿Estarías dispuesto a entregar esa piedra de esencia? —preguntó Mev.

—Si ofreces un precio justo. Como sabes, una vez purificada, esta piedra podría venderse a un precio alto —respondió Ian.

—Esto es todo el dinero que tengo ahora mismo. En conjunto, deben ser unas diez monedas de oro imperial. Eso debería ser un precio justo —Mev, ya acostumbrada al modo en que Ian trabajaba, colocó su bolsa sobre la mesa.

Era una cantidad considerable. Ian tenía otras piedras de esencia, incluyendo una de mayor calidad, así que desprenderse de una por dinero era aceptable.

—No es mala oferta, acepto —Ian tomó la bolsa. La expresión de Mev se tensó al tomar la piedra de esencia.

—Se siente mucho más ominosa de lo que esperaba —dijo Mev.

—Ten cuidado. Ese mago podría espiarte a través de ella —Tras transferir las monedas de oro a su almacenamiento espacial, Ian extendió la bolsa vacía.

—Si intenta eso, bienvenido sea. Me permitiría encontrar su escondite —Mev, guardando la piedra en su bolsillo, habló con calma y luego volvió a mirar a Ian.

Mientras Mev guardaba la piedra de esencia en la bolsa, sus ojos se encontraron con los de Ian.

—Tengo otra petición. Si es posible, me gustaría que me acompañaras —dijo Mev.

—¿Yo…? —preguntó Ian.

En ese momento, una ventana de misión translúcida apareció ante los ojos de Ian. Escaneó rápidamente el contenido. El objetivo era simple: acompañar a Mev y matar al mago negro. 

La fecha límite era antes de la llegada de Mev a la capital. La recompensa era un punto de habilidad —una misión secundaria pérdida del juego.

Parece que llegué tarde a esta misión cuando estaba en el juego. O quizás no me interesó, pensó Ian. Por lo que dijo Mev, parecía que ella continuaba su investigación sola mientras se dirigía a la capital. Esta misión solo estaba disponible si se encontraba con ella durante ese tiempo.

—Por ahora, eres el único testigo —continuó Mev—. Otros podrían haber visto algo, pero un mercenario capaz de derrotar solo una fortaleza kobold será más creíble.

—He provocado la ira del mago negro, podría revelarse para eliminarme —añadió Ian con frialdad.

—No lo negaré —Mev asintió.

—Pareces honesta. Pero… —Ian mantuvo su expresión, entrelazando los dedos—. Como dije, soy mercenario. Si quieres que te acompañe, necesitaremos un contrato.

Aparte de la misión, el servicio gratuito no era su estilo.

—¿Quieres un contrato? —preguntó Philip.

—Sí —respondió Ian.

—Por la Luz de Lu Solar. Ya veo por qué atrajiste la ira del mago negro. Bien remunerado y aún hablando de dinero —Philip suspiró con exasperación.

—Pareces desconocer el concepto de intercambio justo, Philip. Además… —Ian miró con significado a Mev—. Si me contratas, podría ayudarte a encontrarlo. Por supuesto, con una compensación adicional si tiene éxito.

—El mago negro… ¿sabes dónde se esconde? —preguntó Mev.

—No exactamente, pero puedo averiguarlo. Es mi trabajo —respondió Ian.

—Un Fixer del pueblo con tanta confianza —Mev frunció el ceño ligeramente ante la seguridad de Ian.

—Dijiste que tienen una semana. Si encuentro el escondite del mago negro en ese tiempo, reclamaré compensación adicional —dijo Ian.

—¿Y si no? —preguntó Mev.

—Te acompañaré tranquilamente a la capital. Solo reclamaré la tarifa de contratación. Es un trato en el que no pierdes. ¿No son tres mejores que dos? —respondió Ian.

—Hmm… —Mev meditó.

Philip la observaba nervioso, atento a su reacción.

—Una vez que lleguemos al castillo y des testimonio, te pagaré la misma cantidad de oro que hoy —ante la respuesta de Mev, Philip se cubrió la cara con las manos.

—¿Y si encuentro al mago negro? —Ian, mirándolo, sonrió y agregó.

—¿Qué compensación adicional quieres? —preguntó Mev.

—Veamos… Ya que han sido tan considerados, devolveré el favor —dijo Ian pausadamente—. Propondré mi compensación adicional después de que él esté muerto. Justamente, claro.

—Tu idea de la justicia parece favorecerte bastante a ti mismo —dijo Mev.

Por supuesto que sí. Ian tenía intención de reclamar todo el botín, excepto el cuerpo del mago negro. Si se negaban y terminaban el contrato, podía reclamar sus posesiones como botín. De todas formas, eran enemigos potenciales. Para entonces, la misión también estaría completada. La sonrisa de Ian se amplió.

—Tu preocupación sugiere que crees que puedo encontrarlo —dicho esto, Ian se recostó en la silla.

—Está bien. Acepto. Mercenario Ian Hope, te contrato. El contrato queda garantizado en nombre de Mev Riurel —Mev se levantó y extendió la mano. Ian la tomó con su mano enguantada.

—El contrato está establecido —confirmó Ian.

—Espero que tus habilidades igualen tu confianza y tu integridad —Mev soltó su mano. Ian se encogió de hombros y se dio la vuelta.

—Me prepararé y regresaré. Coman algo mientras tanto. Enviaré a la criada abajo —Ian se dirigió a las escaleras.

—Mi señora, ¿confía en él? Entiendo su preocupación, pero esto es… —Philip habló.

—No es por Vernon. Solo quiero maximizar nuestras posibilidades. La piedra de esencia estaba muy corrompida. Un mago negro capaz de crear tal cosa podría causar un daño severo al reino. Con la guerra al acecho, no podemos permitirnos tales riesgos —respondió Mev.

Lealtad increíble, pensó Ian mientras subía las escaleras, echando un vistazo al perfil de Mev. La Mev actual no mostraba rastro de la figura vengativa que una vez buscó ahogar el castillo en sangre para matar al rey.

Bueno, debe haber una razón. Como con toda corrupción. Ian descartó rápidamente esos pensamientos. Era hora de concentrarse en la misión. A pesar de sus seguras afirmaciones, una semana no era un período largo. Por lo tanto, antes de lanzarse a la tarea, debía sentar algunas bases.

Traducido por: Mel

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