Switch Mode

Detective del inframundo capítulo 19

All chapters are in Detective del inframundo

Read the latest manga Detective del inframundo capítulo 19 at MoChy Novels . Manga Detective del inframundo is always updated at MoChy Novels . Dont forget to read the other manga updates. A list of manga collections MoChy Novels is in the Manga List menu.

Capítulo 19: El criminal de alto coeficiente intelectual

Le dije a Huang Xiaotao que el caso estaba prácticamente resuelto.

El asesino era Deng Chao, y el cadáver decapitado era el de Ma Baobao. Probablemente, Deng Chao había planeado asesinar a Ma Baobao desde hacía tiempo, pero su primer intento había fallado. Así que se tomó su tiempo para idear un plan a prueba de errores, meticuloso y perfecto.

—Los hechos debieron ocurrir más o menos así —dije, aclarando la garganta antes de continuar—: primero, Deng Chao mató a Ma Baobao y conservó el cuerpo con hielo seco. Luego, fingió estar borracho y propuso ir al edificio viejo como parte de un reto, todo para montar una escena frente a las dos chicas. En realidad, las chicas eran piezas clave en su plan. Cuando ellas huyeron despavoridas, él aprovechó para sustituir su cuerpo por el de Ma Baobao. Pero como no podía matarlo de una forma tan extravagante como con cuerdas de piano, usó un cuchillo y una sierra.

—Y al final usó las tabletas probióticas para descomponer la cabeza de Ma Baobao, de modo que fuera imposible de identificar. Así, no solo engañaría a la policía haciéndoles creer que él era el muerto, sino que además lograría que nadie encontrara el cuerpo de Ma Baobao y pensaran que solo estaba desaparecido. Hay que admitirlo, este tipo realmente ideó un plan brillante… ¡Sin duda es un criminal de alto coeficiente intelectual!

—Tu elogio hacia él suena más como un elogio a ti mismo —dijo Huang Xiaotao—. Porque por muy brillante que fuera, no logró engañarte. Eso significa que tú eres aún más listo que él.

—¡Eres muy amable! —respondí, intentando restarle importancia a su halago.

—¿Y cómo murió Zhang Kai entonces?

—¡Deng Chao lo mató cuando ya no le era útil! —dije—. Estoy casi seguro de que Zhang Kai fue su cómplice en la escena del piano embrujado. Piénsalo: cuando las cuerdas del piano volaban por el aire, Zhang Kai entró corriendo a “rescatar” a Deng Chao y salió herido. Eso convenció aún más a las chicas de que todo era real. Así que sí, Zhang Kai jugó un papel crucial en el plan.

—Pero Deng Chao debió prever que si Zhang Kai seguía vivo, la policía lo interrogaría y él no aguantaría la presión. Su mejor amigo se volvió un riesgo. Podía contarlo todo. Así que, para protegerse, ¡Tuvo que matarlo!

—¿Y todo eso solo por una beca? —preguntó Huang Xiaotao, sacudiendo la cabeza y soltando un largo suspiro.

—Para nosotros, obviamente no vale la pena —respondí—. Pero para estos estudiantes es distinto. Un hombre que no ha comido en semanas no dudaría en matar por un simple bollo. Para Deng Chao, esa beca era su futuro, su salvación.

—Pero también influye mucho su psicología —añadí—. Toda su vida lo consideraron un genio. Con su alto coeficiente intelectual, probablemente nunca había sufrido un verdadero contratiempo. Cuando Ma Baobao reveló su plagio, debió de ser un golpe devastador para su frágil ego. No pudo soportarlo. Así que poco a poco cayó en la oscuridad, consumido por el deseo de venganza. Y para destruir a Ma Baobao, ¡Estuvo dispuesto incluso a sacrificar a su mejor amigo!

Solo cuando terminé de analizar la psicología de Deng Chao noté que Huang Xiaotao me miraba fijamente. Empecé a sentirme incómodo bajo su mirada. ¿Acaso estaba empezando a sentir algo por mí?

—Song Yang —dijo—, de verdad no creo que seas un estudiante universitario normal. Por cómo actuaste hoy, cuesta mucho creer que este sea tu primer caso.

—No sé cómo probarlo —dije encogiéndome de hombros—, pero de verdad es mi primer caso. Puedes preguntarle a quien quieras.

—Vale, vale, te creo —dijo Huang Xiaotao con una risita—. Entonces, ¿vamos a atrapar a Deng Chao ahora, señor detective?

—Todavía no es el momento —respondí—. Aún hay algo que debemos verificar.

—¿Qué cosa? —preguntó Huang Xiaotao—. ¿Vamos al dormitorio de Ma Baobao?

—¡No, ni se te ocurra!

—¿Por qué no?

—Porque debemos fingir que aún no sabemos que el cadáver es Ma Baobao.

Huang Xiaotao reflexionó un instante y luego dijo:

—¡Ah, ya entiendo! Estás jugando al gato y al ratón con Deng Chao.

—¡Muy perspicaz! —dije, asintiendo—. Piénsalo: Deng Chao se ha esforzado mucho en montar toda esta escena. Ahora que la policía patrulla el campus, es imposible que no esté observándonos desde algún rincón. Por eso, lo mejor que podemos hacer es fingir que hemos mordido el anzuelo. Así quizá baje la guardia.

—¿Y qué hacemos ahora? —preguntó Huang Xiaotao.

Le entregué el folleto de la clínica de cirugía estética, y ella reaccionó con sorpresa.

—¿Y esto? —dijo—. ¿Me estás insinuando que no soy lo bastante guapa y que debería hacerme un retoque?

Me eché a reír. La idea era ridícula. Huang Xiaotao tenía labios rosados, dientes perfectos y una elegancia serena. Todos sus rasgos eran casi impecables, así que pensar que yo creyera que necesitaba cirugía estética era simplemente absurdo.

—Eres muy imaginativa —dije—. No quise insinuar nada de eso. Solo quiero que verifiques en esa clínica si Deng Chao ha estado allí. Porque hay una pregunta que necesito resolver.

Huang Xiaotao tomó el folleto con un leve puchero.

—Podrías haber dicho algo como “Una mujer tan hermosa como tú no necesita cirugía”, ¿sabes?

Me rasqué la cabeza, incapaz de entender por qué a las mujeres les gustaba tanto que las elogiaran.

—¡Era una broma! —dijo Huang Xiaotao. Luego miró su reloj—. Son las 10 de la mañana. Me iré en coche y volveré al mediodía para invitarte a ti y a Dalí a almorzar, ¿De acuerdo?

—¡Perfecto!

No tenía nada más que hacer, así que regresé a mi dormitorio. Noté que Dalí aún no había vuelto. ¿Por qué estaba tardando tanto? ¿No se suponía que para Lao Yao desbloquear un teléfono era pan comido? Miré mi teléfono y vi que Dalí me había enviado varios mensajes diciéndome que fuera cuanto antes al cuarto de Lao Yao. La sola idea de ver esa cara me estremecía de horror, pero no podía ignorar el llamado de mi amigo, así que apreté los dientes y me dirigí al dormitorio de Lao Yao.

En cuanto entré, mis fosas nasales fueron invadidas por un hedor insoportable. El cuarto estaba lleno de latas vacías, botellas y cajas de comida rápida sucia. Sobre la cama colgaba una cuerda con calzoncillos secándose. Todos los compañeros de cuarto de Lao Yao se habían mudado por no poder soportarlo: dos se fueron el año pasado y uno volvió a vivir con sus padres este año. Eso significaba que el cuarto era ahora todo suyo. Su territorio… o mejor dicho, su cueva.

Lao Yao estaba agazapado en una silla como un mono. Era tan delgado como un dibujo de palitos hecho por un niño. Llevaba un suéter holgado, y no podía decir cuánto hacía que no se lavaba los pies, pero las plantas estaban negras de suciedad.

Su pelo desordenado parecía un nido de pájaros sobre su cabeza. Tenía un cigarrillo en los labios y toda su atención estaba enfocada en una partida de League of Legends.

Dali, desanimado, estaba de pie a su lado, como si le estuviera suplicando desesperadamente.

—¡Lao Yao! —decía Dalí—. ¿Puedes darte prisa? Dijiste que te pondrías con eso después de una partida, ¡Pero ya llevas tres y aún no has hecho nada!

—¡Deja de molestar! —respondió Lao Yao con impaciencia—. ¿Esperas que abandone a mis compañeros de equipo? Lo haré cuando termine esta partida, ¡Espera un poco!

Entonces me vio y sus ojos se iluminaron. Sus labios se curvaron en una sonrisa.

—¡Pequeño Song! —dijo con tono meloso—. ¡Cuánto tiempo sin verte! ¡Estás aún más guapo!

Al oír esa voz empalagosa, se me erizó el vello. Lao Yao estiró sus piernas peludas, se puso unas viejas chancletas que sacó de un montón de basura y corrió hacia mí.

—¿Me echaste de menos? ¡Anda, dame un abrazo!

—Déjate de tonterías —dije con frialdad, estirando los brazos para mantenerlo a raya—. Somos adultos civilizados. Podemos hablar sin necesidad de tocarnos.

—Ay, qué serio te has puesto —dijo—. Me contó Dalí que estuviste jugando al detective todo el día, ayudando a la policía con un caso de asesinatos en serie. ¿Es verdad?

Y, como si nada, Lao Yao me dio una palmada en el trasero. No exagero al decir que en ese momento deseé estar muerto.

Traducido por: Mel

¡Si quieres enterarte más rápido de las actualizaciones entra al discord, te lo agradecería! ♥
Si encuentas un error, repórtalo ♥
https://discord.gg/pqs73bVCbZ

tags: read manga Detective del inframundo capítulo 19, comic Detective del inframundo capítulo 19, read Detective del inframundo capítulo 19 online, Detective del inframundo capítulo 19 chapter, Detective del inframundo capítulo 19 chapter, Detective del inframundo capítulo 19 high quality, Detective del inframundo capítulo 19 manga scan, ,

Comment

Chapter 19

Por favor desactiva tu adblocker, sin los anuncios no podemos mantener el sitio web